Me perdí en Xenoblade Chronicles X… y fue maravilloso

Se ha vuelto un ritual. Todas las noches desde hace algunas semanas, dedico tiempo a uno de los mejores juegos que han aparecido, hablo de Xenoblade Chronicles X. Al inicio, debido a lo abrumador del título, me apegaba a seguir las instrucciones, es decir, no hacía nada que no estuviera dentro de la misión que me encomendaban, prácticamente me iba en línea recta al lugar en el que tenía que realizar el trabajo y después regresaba a la base.

Lo estaba disfrutando demasiado, pero todo cambió el día que me perdí. Dejé el GamePad un segundo para atender una situación a mi alrededor, al volver, y sin saber bien por qué, comencé a correr hacia una dirección en la que no debía, es decir, el camino «incorrecto» para la misión que me tocaba resolver.

No lo noté hasta tiempo después. Me detuve de golpe, mi equipo me miraba como esperando una explicación, una orden o lo que fuera, pero en lugar de eso, me quedé inmóvil, contemplando la hermosa vista. Estaba justo en una de las partes más altas de una montaña, bajo un árbol, viendo la hermosa luna que esa noche se asomaba.

La escena era tan hermosa que hice lo que cualquiera tendría que hacer ante estas situaciones. Me senté y contemplé el paisaje con mis compañeros. Vimos la luna, las criaturas a lo lejos caminando, otras volando, viviendo, justo como ocurriría en un mundo normal, en el que no importa qué hagas, todo sigue moviéndose.

Llegó el amanecer, decidí regresar y cumplir con el objetivo de mi misión en el juego, pero algo en mi ya no era lo mismo. Me sentía con ganas de explorar. De ahora en adelante, corro sin dirección, me pierdo en Mira y lo disfruto, lo disfruto mucho. En ocasiones he encontrado objetos y seres que jamás pensé encontrar, pero en otras, me ha tocado enfrentarme con enemigos que ni de broma podría derrotar en ese momento con mi nivel actual, no importa, son los riesgos de salir y explorar.

Es justo lo que pasaría si estuviéramos en un mundo como Mira, y eso es lo que debemos de comprender y agradecer. Se nos ha regalado una experiencia que la mayoría de la gente no podría ni imaginar, y nosotros, gracias a Wii U, podremos vivirla, no jugarla, vivirla.

Xenoblad es un juego que debes disfrutar de forma pausada, nadie te presiona para acabarlo pronto. Sí, son muchas más de 100 horas de juego las que requieres, pero este título se merece esa forma de respeto, el contemplarlo, admirarlo, conocerlo y quedarnos con esas experiencias, recuerdos que solamente juegos como este nos pueden dejar. Porque el título, créanme, todos lo viviremos de forma distinta, y eso hace de Xenoblade Chronicles, un tesoro como ya no los hay.

Así que ahora, piérdete en el juego, aventúrate, te aseguro que la vas a pasar sensacional.