Y los Dinosaurios volaron… 19 años del Nintendo 64 en América

¿Recuerdan aquella frase? «En Septiembre 30, los dinosaurios van a volar». Era parte de la publicidad que se veía en televisión, periódicos y revistas de la época, de aquel lejano 1996. Hacía referencia al movimiento de Mario lanzando a Bowser en su nuevo enfrentamiento, dejando claro que a partir de ese día, el mundo del entretenimiento no sería el mismo.

Si bien ya existían algunas consolas en esa generación, y algunos experimentos en 3D, fue con el Nintendo 64 cuando se dio el gran paso, cuando se avanzó como pocas veces en la industria. No sólo Nintendo nos regalaba el gran Super Mario 64, sino que al mismo tiempo, nos permitía disfrutarlo con una nueva gran herramienta, su control. El mando del Nintendo 64 era verdadera innovación. No se trataba de un estilo copiado del SNES, sino un control que realmente servía para disfrutar el 3D, gracias a su stick direccional análogo.

Era una máquina pensada en ir más allá. Ofrecía emoción para cuatro jugadores simultáneos, pero además, un gran catálogo que como siempre, resultaba exclusivo de la consola. Tecnológicamente contaba con elementos que nos dejaban asombrados. El Antialasing, la famosa herramienta que suavizaba los gráficos para regalarnos mejores texturas, o el canal alpha, que manejaba transparencias.

¿Recuerdas cuando le llamabas «Ultra 64»? Eran días distintos, en los que la industria era sana y sólo jugábamos los videojugadores.

El Nintendo 64 era un monstruo en todo sentido. Su control estaba pensado para ser usado de distintas forma, y no me refiero sólo a las formas de tomarlo, sino al hecho de poder insertar en la parte trasera el Memory Pack, el Rumble Pack y hasta el Transfer Pack. Ese era Nintendo pensando a futuro.

Actualmente todos vemos gráficos en 3D y pensamos que así debe ser siempre, pero para los que nos tocó el salto del 2D al 3D con el Nintendo 64, podemos asegurar que jamás en la historia de los videojuegos se ha experimentado un cambio tan radical como ese que vivimos en 1996.

Hablar de su catálogo irremediablemente nos trae recuerdos de risas, felicidad, reuniones con los amigos, así como también varias desveladas jugando. Basta con mencionar grandes obras como Super Mario 64, GoldenEye 007, Conker’s Bad Fur Day, Banjo-Kazooie, Diddy Kong Racing, Castlevania, Perfect Dark, International SuperStar Soccer 64, Pokémon Stadium y decenas de juegos que volvieron nuestras tardes con esta consola, las más especiales.

Su apodo no pudo ser más perfecto, «La Máquina de la Diversión». La mayoría de sus juegos incluían maravillosos multiplayer que nos hacían pasar tardes increíbles, como Mario Kart 64.

Es tan grande el Nintendo 64, que en su catálogo tenemos el que es considerado el mejor juego de todos los tiempos, The Legend of Zelda: Ocarina of Time, la obra maestra de Miyamoto y que marcó a toda una generación.

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Que nunca dejen de volar.

Pocas cosas se le pueden reclamar a una consola como el Nintendo 64, que si no tenía CD, que si los cartuchos eran caros, todo eso era lo de menos, cuando uno lo encendía, escapaba a un mundo en el que todo era posible, en el que los límites no existían, en el que la magia se podía tocar y percibir en cada polígono. Dejando de lado el aspecto nostálgico, el Nintendo 64 ha sido sin duda, la consola que cambió los videojuegos para siempre, pero más importante aún, a la que le debemos el sonreír cada vez que viene a nuestra mente uno de tantos recuerdos a su lado. Hoy que se cumplen 19 años de su salida en América, que vuelvan a volar los dinosaurios.


Podcast Especial dedicado al Nintendo 64